Siempre he guardado silencio ante las amenazas, ante los insultos, y demás cuestiones negativas; esta es una entrevista de hace por lo menos cuatro años, y no he dejado de pensar lo mismo y actuar con esa misma coherencia.
Si lo que se dice afecta al honor y la reputación simple, no se debate en la prensa, se debate en el poder judicial en el proceso de querella, y se presenta en su debida oportunidad. Mal se hace debatir en la prensa devolviendo insultos y atropellos.
Si no afecta la honra y fama, y tiene la calidad de chismes o rumores infundados hay que tener la filosofía del árbol. Son como el estiércol como la hojarasca a su alrededor solo sirve para robustecerlo y dar y brindar mejores frutos y mostrar ramas fuertes y verdes.
Así que con toda la calma y la paciencia el silencio tiene una fuerza y una contundencia que muchos que hablan demás no conocen. Sigo pensando que el silencio es la mejor respuesta.
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