¿Y de regreso al latifundismo? |
domingo,, 11 de julio del 2010 FUENTE: DIARIO LA INDUSTRIA | |
La declaración la Independencia en ,1821 básicamente política ero no económica ni social , pues los herederos de los colonialistas españoles y los criollos, heredaron los grandes latifundios, manteniendo relaciones semi-feudales ( sus tierras eran trabajadas, por aparceros, arrendires, yanaconas y huacchilleros, etc. ) Varias agrupaciones sociales (partidos políticos, organizaciones sindicales. organizaciones campesinas, Federación de Colegios de Abogados), siguiendo en ejemplo de la Revolución Agrarista Mexicana de las décadas segunda a quinta del siglo XX, pasaron a la lucha por la Reforma Agraria. La primera tentativa la hizo el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry, dictando la ley 15037, pero exceptuando las grandes haciendas azucareras. Fue el gobierno de facto de Velasco Alvarado, arrebatándoles las banderas de los grupos de izquierda. expidió el Decreto Ley 17716, que contenía la Reforma Agraria total. Y que se aplicó contra todo propietario que no trabajaba la tierra directamente, para entregarle a los campesinos que si la venían trabajando; debiéndoles indemnizar a los propietarios, mediante bonos redimibles, en el curso de veinte años. En los grandes latifundios que constituían verdaderas haciendas, copiando el modelo israelí, se les impuso que sobre ellas formaran Cooperativas Agrarias de Producción y en la sierra, Sociedades Agrícolas de Interés Social (SAIS). La frase política que divulgó dicho gobierno dirigido a los campesinos,” los latifundistas no comerán más de tu pobreza”. Lamentablemente tal Reforma Agraria no contó con el apoyo necesario en los siguientes años de su implantación. Ha pasado el tiempo y durante el gobierno del Presidente Fujimory, hasta la actualidad hay una especie de pequeña reforma agraria, para los campesinos de la Sierra, y ella consiste en que un organismo que hasta hace poco funcionaba independiente SATT ( Servicio Agrícola de Titulación de Tierras ),después de inspeccionar que un pequeño agricultor posee y trabaja su parcela por más de dos años, sin ninguna relación con el propietario, en una especie de prescripción administrativa, después de las publicaciones correspondientes, pasa a darles el título de propiedad correspondiente. Hasta allí la historia. Pero ahora viene la vuelta al latifundismo, dentro del marco del actual gobierno que se precia de estar incorporándose a la legión de los países desarrollados. Primer hecho: ahora las tierras de las comunidades campesinas que eran inalienables, ahora si se pueden vender a las empresas mineras y se ha dado la facilidad, que para el acuerdo basta el acuerdo de la mayoría de su junta directiva. Segundo hecho. Se dio la llamada Ley de la Selva, con la cual se daba paso para que empresas extranjeras, pudieran comprar tierras en esa zona, como unza especie de facilidad para la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Lo que dio lugar a la protesta de las étnias amazónicas y el lamentable hecho del famoso “ Baguazo”. Y ahora se trata de volver al latifundismo, particularmente en la costa. Independientemente que ya existen empresas con grandes extensiones de tierras ( la empresa Gloria, es dueña de Casa Grande , Cartavio y Chiquitoy ), vía su “ Majestad la Corrupción”, durante el actual gobierno y el anterior, vía Cofropi, hay personas que han adquirido terrenos incluso en varias zonas del país. Incluyendo arenales, pero con perspectivas de ser prontamente muy bien valoradas. Pero ahora en el ámbito del Congreso, de miembros del gobierno y hasta con variadas opiniones de la Defensoría del Pueblo y de Indecopí, ya no discuten que puede adquirirse grandes extensiones de terreno, indudablemente por empresas, sin aclararse y estas sean nacionales o extranjeras, sino lo que se discute el límite de la extensión, que debe ser o no de cuarenta mil hectáreas. Lo cierto es que estamos volviendo al latifundismo. Ojalá no volvamos al semi feudalismo. |
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