Desconoce DESDE EL TERCER PISO EN SU CARTA A JUAN LUIS la participación activa que tuvo la Iglesia al frente de la defensa de los Derechos Humanos en Ayacucho.
Ojalá las víctimas inocentes a manos de los terroristas, más de 25,000 hubieran sido defendidas con el mismo ardor como se defendió a los muertos en la Cantuta o al mismo Abimael Guzman.
No tiene en cuenta, que la pena de muerte como medio de defensa de una sociedad esta autorizado por el Nuevo Catecismo de la Iglesia católica.
No tiene en cuenta que se defendió los Derechos Humanos de Abimael Guzman, mientras que no se defendia los derechos de 13 adolescentes muertos en Huanta que nunca publicó la prensa como de muchos otros miles a los que las Organizaciones Internacionales de los derechos humanos nunca vió o dijo nada, o de una mujer panadera que murió al lado de su hijo un niño menor de edad, cuando salio de trabajar en pleno paro armado decretado por los terroristas.
Por eso el MUSEO DE LA MEMORIA SI; PERO SI SE ACEPTA LA VISION DE TODOS LOS SECTORES, también de los que ven la figura del Cardenal Juan Luis Cipriani como de la Madre Covadonga auténticos representantes reales en la defensa de los derechos humanos y no sólo de aquellos que por tener el nombre de "DERECHOS HUMANOS" son la expresión de dicho derecho mismo cuando solo son un sector dentro del todo.
Aqui publicamos un artículo donde se puede dar respuesta a la actitud poco real que Desde EL Tercer Piso hace, nosotros viviamos en Ayacucho en ese tiempo a diferencia del autor que escribe desde Lima y Desde el tercer Piso tal vez por eso su propio piso no lo deja ver la VERDAD TAL CUAL ES Y por eso FALTA EL RESPETO TAN ALEGREMENTE COMO EN SU POST publicado y referido.
La perplejidad de los derechos humanos en el informe de la CVR
Por Paul Ochoa Roca (*).
* "El entonces Obispo auxiliar Juan Luis Cirpriani Thorne fue alguien que con suficiente autoridad moral y valentía tuvo que enfrentar a todos aquellos que asesinaban y abusaban de los inocentes".
* "Aún queda en la memoria de algunos, el hecho de que el propio Obispo Auxiliar, en plena noche violenta tuvo que acudir a la comisaría para pedir que liberen a uno de nuestros compañeros universitarios que había sido detenido por la policía".
* "¿A la CVR, le interesó recoger estos y muchos casos en el que obispo se implicó directamente para defender a los inocentes?. Obviamente que no".
El informe de la CVR es el documento de referencia de algunos políticos e intelectuales radicales de izquierda. Alguna de las conclusiones del informe se ha convertido en el eslogan habitual de los supuestos “protectores” de los derechos humanos (DDHH) y no tienen nada mejor a donde acudir, cada vez que de modo irascible e irrespetuosa insultan a la Iglesia Católica y a sus representantes.
Es importante recordar que la totalidad de los ex miembros de la CVR, antes de realizar su trabajo, ya tenían sus propios prejuicios respecto de la posición y defensa de los derechos humanos que hizo la Iglesia en Ayacucho durante aquellos cruentos años de violencia. Es oportuno también recordar que la mayoría de los ex miembros de la CVR, no plasmaron en forma directa la violencia y la pobreza, tanto como nosotros los ayacuchanos. Es fácil y cómodo valorar antojadizamente algo que no se vivió en carne propia. La perplejidad del informe de la CVR, más que reconciliar y buscar la verdad acentúa la división y el odio entre los peruanos.
Algunos políticos e intelectuales que nunca se cansan de menospreciar y atacar a la Iglesia, cuentan con nuestra amnesia histórica. Cabe recordar que cuando Sendero Luminoso inició la violencia, encontró a un gobierno débil y desprevenido. Tanto el presidente Belaunde y el presidente García no supieron abordar el problema con seriedad y eficacia.
Se debe tener en cuenta, también, la grave responsabilidad de aquellos políticos de la izquierda comunista que simpatizaron directamente con el terror, acusando al Estado como el principal violador de los derechos humanos. ¿En un clima de violencia, propiciada por fanáticos terroristas, alguien con sentido común, podía sostener que el Estado violaba sistemáticamente los DDHH?. Es verdad que algunos malos elementos del ejército, en forma aislada, cometieron abusos y por ello deben ser juzgados sin ningún apasionamiento político.
La pobreza y la corrupción que día a día iba en aumento, facilitó para que Sendero Luminoso y sus apologistas propagaran su violencia, volviéndolo todo contra el Estado de Derecho. El sistema judicial había colapsado por el miedo y el terror difundido por los terroristas. ¿Teniendo en cuenta esta situación, alguien tuvo el coraje y la valentía de enfrentar frontalmente al terrorismo y a sus defensores encubiertos en las ONGs políticas?. Nadie.
Igualmente, no podemos ocultar el nefasto poder oscuro de Vladimiro Montesinos para actuar al margen del estado de derecho y la ley. Es verdad que recurrió a métodos extrajudiciales para contener al terrorismo. El gobierno de Alberto Fujimori aunque fue eficiente en la lucha contra el terrorismo, sin embargo, careció de un verdadero sistema procesal. ¿Con jueces y fiscales atemorizados, podía implantarse un sistema judicial garantista y respetuosa del debido proceso?.El informe de la CVR, no deja de ser un documento importante en lo que se refiere a datos numéricos y estadísticos, pero no más. A mi juicio, las valoraciones respecto a la importante labor que cumplió la iglesia ayacuchana en aquellos años, está lejos de la verdad porque tiene mucha dosis de odio personal. El entonces Obispo auxiliar Juan Luis Cipriani, fue el primero que valientemente condenó toda la escalada de violencia, nada mas asumir su responsabilidad como Obispo de Ayacucho. Esto, seguramente, los políticos e ideólogos marxistas nunca se lo van a perdonar.
A la CVR, le hubiera bastado revisar los más importantes diarios y medios de comunicación local y nacional de aquella época. Por ejemplo, se recuerda un titular recogido en un diario local ayacuchano, publicado a mediados de 1988, en pleno apogeo de la violencia terrorista, que expresaba el Obispo y que decía: “Me aúno al dolor de mis hermanos ayacuchanos”, obviamente se refería a aquellos que estábamos sufriendo la crueldad de la violencia. La CVR nunca se ha preguntado, ¿cuándo es que realmente empieza a cambiar la actitud del ejército en la lucha contra el terrorismo?. ¿Cuándo es que los campesinos y los ronderos son valorados en su real dimensión en su lucha para vencer al terrorismo?.
La poderosa respuesta la encontramos en la acción espiritual, social y material que la Iglesia llevó adelante para defender los derechos humanos de los humildes campesinos. Fue cuando alguien con suficiente autoridad moral y valentía tuvo que enfrentar a todos aquellos que asesinaban y abusaban a los inocentes. Aún queda en la memoria de algunos, el hecho de que el propio Obispo Auxiliar, en plena noche violenta tuvo que acudir a la comisaría para pedir que liberen a uno de nuestros compañeros universitarios que había sido detenido por la policía. ¿A la CVR, le interesó recoger estos y muchos casos en el que obispo se implicó directamente para defender a los inocentes?. Obviamente que no. ¿Acaso la CVR esperaba que el Obispo se subiera al carro de los apologistas del terror para condenar al Estado, cuando el deber de todos los peruanos era defenderla?. Los ayacuchanos hemos vivido en carne propia la cruenta violencia y la pobreza. No solamente fuimos víctimas de la violencia, sino también del racismo primitivo, porque a todo ayacuchano se nos tildaba de “terroristas”.
La iglesia en su momento cumplió importante acción social desde el ámbito espiritual y material. El informe de la CVR omite por ejemplo la ayuda material y solidaria que llevó Caritas a miles de personas a través de la asistencia alimentaria y proyectos de desarrollo agrícola ejecutadas en zonas rurales donde el Estado no podía llegar. Este dato, por ejemplo, ha sido obviado intencionadamente por los ex miembros de la CVR. No cabe duda que algunas de las conclusiones del informe ha acentuado el odio. Ellos no son dueños de la verdad.
La visión que manejan algunos políticos e intelectuales, sobre los DDHH, son limitadas y parcializadas. Lo utilizan para ganar réditos políticos y les sirve como instrumento de manipulación. Los DDHH se defiende con obras y palabras y no con simples discursos demagógicos. En el concepto coherente de los DDHH está implicada la defensa de la vida, la libertad y la dignidad de la persona en forma integral. Uno no puede decir que es defensor de los DDHH, cuando es partidario del aborto, por citar un solo ejemplo.
(*) Ayacuchano de nacimiento, vivió toda su vida en Ayacucho y estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Huamanga entre los años 1987 y 1,993, justamente en la época más dura del terrorismo, es Catedrático en su misma alma mater la UNSCH, actualmente cursa estudios de MAESTRIA EN DERECHOS HUMANOS en España.
Por Paul Ochoa Roca (*).
* "El entonces Obispo auxiliar Juan Luis Cirpriani Thorne fue alguien que con suficiente autoridad moral y valentía tuvo que enfrentar a todos aquellos que asesinaban y abusaban de los inocentes".
* "Aún queda en la memoria de algunos, el hecho de que el propio Obispo Auxiliar, en plena noche violenta tuvo que acudir a la comisaría para pedir que liberen a uno de nuestros compañeros universitarios que había sido detenido por la policía".
* "¿A la CVR, le interesó recoger estos y muchos casos en el que obispo se implicó directamente para defender a los inocentes?. Obviamente que no".
El informe de la CVR es el documento de referencia de algunos políticos e intelectuales radicales de izquierda. Alguna de las conclusiones del informe se ha convertido en el eslogan habitual de los supuestos “protectores” de los derechos humanos (DDHH) y no tienen nada mejor a donde acudir, cada vez que de modo irascible e irrespetuosa insultan a la Iglesia Católica y a sus representantes.
Es importante recordar que la totalidad de los ex miembros de la CVR, antes de realizar su trabajo, ya tenían sus propios prejuicios respecto de la posición y defensa de los derechos humanos que hizo la Iglesia en Ayacucho durante aquellos cruentos años de violencia. Es oportuno también recordar que la mayoría de los ex miembros de la CVR, no plasmaron en forma directa la violencia y la pobreza, tanto como nosotros los ayacuchanos. Es fácil y cómodo valorar antojadizamente algo que no se vivió en carne propia. La perplejidad del informe de la CVR, más que reconciliar y buscar la verdad acentúa la división y el odio entre los peruanos.
Algunos políticos e intelectuales que nunca se cansan de menospreciar y atacar a la Iglesia, cuentan con nuestra amnesia histórica. Cabe recordar que cuando Sendero Luminoso inició la violencia, encontró a un gobierno débil y desprevenido. Tanto el presidente Belaunde y el presidente García no supieron abordar el problema con seriedad y eficacia.
Se debe tener en cuenta, también, la grave responsabilidad de aquellos políticos de la izquierda comunista que simpatizaron directamente con el terror, acusando al Estado como el principal violador de los derechos humanos. ¿En un clima de violencia, propiciada por fanáticos terroristas, alguien con sentido común, podía sostener que el Estado violaba sistemáticamente los DDHH?. Es verdad que algunos malos elementos del ejército, en forma aislada, cometieron abusos y por ello deben ser juzgados sin ningún apasionamiento político.
La pobreza y la corrupción que día a día iba en aumento, facilitó para que Sendero Luminoso y sus apologistas propagaran su violencia, volviéndolo todo contra el Estado de Derecho. El sistema judicial había colapsado por el miedo y el terror difundido por los terroristas. ¿Teniendo en cuenta esta situación, alguien tuvo el coraje y la valentía de enfrentar frontalmente al terrorismo y a sus defensores encubiertos en las ONGs políticas?. Nadie.
Igualmente, no podemos ocultar el nefasto poder oscuro de Vladimiro Montesinos para actuar al margen del estado de derecho y la ley. Es verdad que recurrió a métodos extrajudiciales para contener al terrorismo. El gobierno de Alberto Fujimori aunque fue eficiente en la lucha contra el terrorismo, sin embargo, careció de un verdadero sistema procesal. ¿Con jueces y fiscales atemorizados, podía implantarse un sistema judicial garantista y respetuosa del debido proceso?.El informe de la CVR, no deja de ser un documento importante en lo que se refiere a datos numéricos y estadísticos, pero no más. A mi juicio, las valoraciones respecto a la importante labor que cumplió la iglesia ayacuchana en aquellos años, está lejos de la verdad porque tiene mucha dosis de odio personal. El entonces Obispo auxiliar Juan Luis Cipriani, fue el primero que valientemente condenó toda la escalada de violencia, nada mas asumir su responsabilidad como Obispo de Ayacucho. Esto, seguramente, los políticos e ideólogos marxistas nunca se lo van a perdonar.
A la CVR, le hubiera bastado revisar los más importantes diarios y medios de comunicación local y nacional de aquella época. Por ejemplo, se recuerda un titular recogido en un diario local ayacuchano, publicado a mediados de 1988, en pleno apogeo de la violencia terrorista, que expresaba el Obispo y que decía: “Me aúno al dolor de mis hermanos ayacuchanos”, obviamente se refería a aquellos que estábamos sufriendo la crueldad de la violencia. La CVR nunca se ha preguntado, ¿cuándo es que realmente empieza a cambiar la actitud del ejército en la lucha contra el terrorismo?. ¿Cuándo es que los campesinos y los ronderos son valorados en su real dimensión en su lucha para vencer al terrorismo?.
La poderosa respuesta la encontramos en la acción espiritual, social y material que la Iglesia llevó adelante para defender los derechos humanos de los humildes campesinos. Fue cuando alguien con suficiente autoridad moral y valentía tuvo que enfrentar a todos aquellos que asesinaban y abusaban a los inocentes. Aún queda en la memoria de algunos, el hecho de que el propio Obispo Auxiliar, en plena noche violenta tuvo que acudir a la comisaría para pedir que liberen a uno de nuestros compañeros universitarios que había sido detenido por la policía. ¿A la CVR, le interesó recoger estos y muchos casos en el que obispo se implicó directamente para defender a los inocentes?. Obviamente que no. ¿Acaso la CVR esperaba que el Obispo se subiera al carro de los apologistas del terror para condenar al Estado, cuando el deber de todos los peruanos era defenderla?. Los ayacuchanos hemos vivido en carne propia la cruenta violencia y la pobreza. No solamente fuimos víctimas de la violencia, sino también del racismo primitivo, porque a todo ayacuchano se nos tildaba de “terroristas”.
La iglesia en su momento cumplió importante acción social desde el ámbito espiritual y material. El informe de la CVR omite por ejemplo la ayuda material y solidaria que llevó Caritas a miles de personas a través de la asistencia alimentaria y proyectos de desarrollo agrícola ejecutadas en zonas rurales donde el Estado no podía llegar. Este dato, por ejemplo, ha sido obviado intencionadamente por los ex miembros de la CVR. No cabe duda que algunas de las conclusiones del informe ha acentuado el odio. Ellos no son dueños de la verdad.
La visión que manejan algunos políticos e intelectuales, sobre los DDHH, son limitadas y parcializadas. Lo utilizan para ganar réditos políticos y les sirve como instrumento de manipulación. Los DDHH se defiende con obras y palabras y no con simples discursos demagógicos. En el concepto coherente de los DDHH está implicada la defensa de la vida, la libertad y la dignidad de la persona en forma integral. Uno no puede decir que es defensor de los DDHH, cuando es partidario del aborto, por citar un solo ejemplo.
(*) Ayacuchano de nacimiento, vivió toda su vida en Ayacucho y estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Huamanga entre los años 1987 y 1,993, justamente en la época más dura del terrorismo, es Catedrático en su misma alma mater la UNSCH, actualmente cursa estudios de MAESTRIA EN DERECHOS HUMANOS en España.
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