Qué duda cabe para los católicos que efectivamente Cristo Reina en el mundo, y que su reino está extendido en todos los recóndictos lugares de la tierra. Falta todavia algunos pueblos pero que duda cabe, Cristo Reina.
En cada plaza de armas de cada ciudad, pequeño o grande se erige la Cruz de Cristo. Y entrando en él nos encontramos en el centro , al Sagrario que contiene el cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo. Para alimentar a todos sus hijos de ese hambre y sed de Dios; mientras estamos de paso por este mundo.
Quería hace fectivamente un alto en lo que siempre escribimos en POLITBLOG para recordar a todos los católicos cristianos esta fecha.
En todos los lugares el cristianismo fue la primera fuerza globalizada, y el catolicismo en especial con el calendarió liturgico. celebramos desde la Catedra de San Pedro, el mismo mensaje, la misma fe a todos los lugares de la Tierra haciendose eco en cada catedral, en cada templo parroquial, aún en los pueblos más pequeños. Hasta nuestro lugar casa Grande, y más all+a en pueblos pequeños de la Costa como Molinos Cajanleque.
Comprobé este reinado de Jesucristo, no como discuros romántico y elocuente; sino como realidad, y contemplando esta verdad queria compartir lo que en la página del OPUS DEI nos alienta a seguir haciendo COMUNION con Dios; mientras seguimos en las diarias tareas del cada día.
“Fiesta del Corpus Christi”
"Este es mi Cuerpo...", y Jesús se inmoló, ocultándose bajo las especies de pan. Ahora está allí, con su Carne y con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad: lo mismo que el día en el que Tomás metió los dedos en sus Llagas gloriosas. Sin embargo, en tantas ocasiones, tú cruzas de largo, sin esbozar ni un breve saludo de simple cortesía, como haces con cualquier persona conocida que encuentras al paso. –¡Tienes bastante menos fe que Tomás! (Surco, 684)Hoy, fiesta del Corpus Christi, meditamos juntos la profundidad del amor del Señor, que le ha llevado a quedarse oculto bajo las especies sacramentales (...)Ante todo, hemos de amar la Santa Misa que debe ser el centro de nuestro día. Si vivimos bien la Misa, ¿cómo no continuar luego el resto de la jornada con el pensamiento en el Señor, con la comezón de no apartarnos de su presencia, para trabajar como El trabajaba y amar como El amaba? Aprendemos entonces a agradecer al Señor esa otra delicadeza suya: que no haya querido limitar su presencia al momento del Sacrificio del Altar, sino que haya decidido permanecer en la Hostia Santa que se reserva en el Tabernáculo, en el Sagrario.La procesión del Corpus hace presente a Cristo por los pueblos y las ciudades del mundo. Pero esa presencia, repito, no debe ser cosa de un día, ruido que se escucha y se olvida. Ese pasar de Jesús nos trae a la memoria que debemos descubrirlo también en nuestro quehacer ordinario. Junto a esa procesión solemne de este jueves, debe estar la procesión callada y sencilla, de la vida corriente de cada cristiano, hombre entre los hombres, pero con la dicha de haber recibido la fe y la misión divina de conducirse de tal modo que renueve el mensaje del Señor en la tierra. No nos faltan errores, miserias, pecados. Pero Dios está con los hombres, y hemos de disponernos para que se sirva de nosotros y se haga continuo su tránsito entre las criaturas.Vamos, pues, a pedir al Señor que nos conceda ser almas de Eucaristía, que nuestro trato personal con El se exprese en alegría, en serenidad, en afán de justicia. Y facilitaremos a los demás la tarea de reconocer a Cristo, contribuiremos a ponerlo en la cumbre de todas las actividades humanas. (Es Cristo que pasa, nn. 150-156)
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* EWTN
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FUNDAMENTO BIBLICO
"Yo soy el pan de la vida.
Vuestros padres comieron el maná en el desierto
Y murieron; éste es el pan que baja del cielo,
para que quien lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo, bajado del cielo.
Si uno come de este pan, vivirá para siempre;
y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por
la vida del mundo…."Si no coméis la carne
del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre,
no tenéis vida en vosotros.
"El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el ultimo día.
Porque mi carne es verdadera comida
y mi sangre verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en Mí, Y yo en él".
"Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado
y yo vivo por el Padre, también el que me coma
vivirá por mí". Jn 6, 48-57
"Mientras estaban comiendo, tomo Jesús pan
y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos dijo:
"Tomad, comed, éste es mi cuerpo."
Tomo luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo:
"bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza,
que es derramada por muchos para el perdón de los pecados".
Mt 26, 26-28
"Hagan esto en memoria mía".
Lc 22,19
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